Instrucciones para ser un cuervo diplomatico

Instrucciones para convertirse en un cuervo diplomático.

1. Primero, con mucho esmero y desventura, consígase un pico negro. No importa de qué este hecho, sólo asegúrese de que sea negro. Puede ser de cartón, uñas, gel, plástico, esmalte o cuero. Es preferible que, cuando se la ponga, tenga una forma cónica no tan cónica, un poco torcida de la punta y algo rectangular en su circunferencia.


2. Ahora proceda a hurgar en las almohadas y saque todas las plumas que pueda, antes de que alguien lo pille. Por lo general, estas personas ajenas suelen quitarle de las manos su arduo trabajo. En caso de sólo encontrar algodón o algún otro tipo de material esponjoso, diríjase a la tienda de utilería más cercana y evítese la vergüenza del segundo paso.


3. Una vez conseguidas las plumas, píntelas de negro. Se recomiendan latas de aerosol, crayones, pinturas acrílicas, o chapopote para efectos inmediatos; con excepción del chapopote, que puede desvirtuar la forma de las plumas y hacerlas olorosas.


4. Pegue las plumas en su cuerpo; de preferencia en los hombros, la espalda, codos, rodillas, axilas, cuello y tobillos; de esta manera se realzará su porte de cuervo diplomático.


5. Debe siempre mantener una actitud educada y prosocial cuando se encuentre vestido de esta forma, dudo que quiera faltarle al respeto a todos los cuervos diplomáticos, que con esfuerzo, pulieron su lenguaje hasta las más sofisticadas oraciones de negocios gubernamentales.


6. El "por favor" y "gracias" son exhaustivamente obligatorios, así como el saludar cálidamente a cada persona con la que cruce mirada, sería descortés ignorarlo, ya que dicho individuo se tomó la molestia de mirar a su dirección.


7. Siendo un cuervo diplomático, usted siempre hablará de "usted". Será el primero en abrir la puerta. Dejará pasar a todas las personas que se encontraban detrás de usted, y únicamente cerrará la puerta cuando haya verificado, tres veces cada cinco minutos, que nadie necesita pasarla.


8. Finalmente, si ninguno de estos métodos diplomáticos funcionaron para cumplir con su objetivo, usted simplemente empiece a graznar como urraca encolerizada y picoteé a sus adversarios hasta que logre cumplir su cometido (para esto, se recomienda que el pico este hecho de un material duro). Este último paso sólo sirve bajo situaciones adversas o donde el factor sorpresa se perciba viable.